2º DOMINGO DE SAN JOSE
LOS 7 DOMINGOS DE SAN JOSÉ
Camino de preparación
al Acto de Encomienda
de la Archidiócesis de Toledo
al Patriarca San José
en este AÑO de SAN JOSÉ
Don Francisco Cerro Chaves,
Arzobispo de Toledo
II Domingo: 7 de febrero de 2021
La Paternidad Espiritual de San José
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Oración Inicial, de san Francisco de Sales
Glorioso San José, esposo de la Virgen María, dispénsanos tu protección paterna. Nosotros te suplicamos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo.
Tú, cuya protección se extiende a todas las necesidades y sabe tornar posibles las cosas más imposibles, dirige tu mirada de padre sobre los intereses de tus hijos.
Recurrimos a ti, con confianza en las angustias y penas que nos oprimen; dígnate tomar bajo tu caritativa protección este asunto importante y difícil que s la causa de nuestras inquietudes. Haz que su feliz desenlace sea para gloria de Dios y bien de sus servidores. Amén.
Lectura Bíblica
“Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo, catorce”. (Mt. 1, 16-17).
Meditación
La designación como “Patrono”, etimológicamente designa a quien hace las funciones de “Padre”. Esta misión, que Dios encargó a san José en vida de Jesucristo, quedaba entonces reconocida respecto de toda la Iglesia.
En muchas ocasiones hemos pensado en la maternidad espiritual de la Virgen, pero no siempre hemos caído en la cuenta de esa paternidad espiritual de san José sobre toda la Iglesia y sobre cada uno de nosotros.
La paternidad de san José sobre Jesús, aunque no fue física, tuvo todas las características de una verdadera paternidad. Su relación paternal con Jesús fue personal, afectuosa, y se prolongó durante muchos más años de los que pasó con sus mismos apóstoles.
Como hombre, Jesús tuvo en José un modelo de masculinidad. Fue testigo del ejemplo diario de su padre, aprendió de él las virtudes del trabajo, y podemos reconocer en su humanidad trazos de la humanidad de José. “En verdad, en verdad os digo: El Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre” (Jn. 5, 19). Y José fue, en lo humano, determinante en su paternidad.
“José cumplió plenamente su papel paterno, en todo sentido. Seguramente educó a Jesús en la oración, juntamente con María. Él, en particular, lo habrá llevado consigo a la sinagoga, a los ritos del sábado, como también a Jerusalén, para las grandes fiestas del pueblo de Israel.
José, según la tradición judía, habrá dirigido la oración doméstica tanto en la cotidianidad —por la mañana, por la tarde, en las comidas—, como en las principales celebraciones religiosas.
Así, en el ritmo de las jornadas transcurridas en Nazaret, entre la casa sencilla y el taller de José, Jesús aprendió a alternar oración y trabajo, y a ofrecer a Dios también la fatiga para ganar el pan necesario para la familia” (Benedicto XVI, Audiencia general del 28 de diciembre de 2011).
Así mismo, Jesucristo quiere que tengamos la paternidad espiritual de san José, porque no hay ningún hombre más capaz que san José de modelar la verdadera paternidad sobre cada uno de nosotros.
Su paternidad espiritual y amorosa tiene el poder de acercarnos extremadamente a los Corazones de Jesús y de María, incrementar nuestra virtud, protegernos de las potencias malignas, y ayudarnos a alcanzar el cielo.
Éste es el tiempo de san José. Muchos hombres no han tenido una buena experiencia de la paternidad. Él nos conducirá espiritualmente con todo lo que hace un padre: nos alimentará, nos dará educación, vestido, protección y corregirá cuando sea necesario.
“Somos hijos de María, y ésta es nuestra gloria y nuestro consuelo. Pero también somos hijos adoptivos de san José y esto no es cosa menor, por la confianza que tenemos en él” (Beato Guillermo Chaminade).
Letanías de San José
Señor, ten misericordia de nosotros
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David, ruega por nosotros.
Luz de los Patriarcas, ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Casto guardián de la Virgen, ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, ruega por nosotros.
Celoso defensor de Cristo, ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, ruega por nosotros.
José, justísimo, ruega por nosotros.
José, castísimo, ruega por nosotros.
José, prudentísimo, ruega por nosotros.
José, valentísimo, ruega por nosotros.
José, fidelísimo, ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Modelo de trabajadores, ruega por nosotros.
Gloria de la vida doméstica, ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, ruega por nosotros.
Sostén de las familias, ruega por nosotros.
Consuelo de los desgraciados, ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, ruega por nosotros.
Patrón de los moribundos, ruega por nosotros.
Terror de los demonios, ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
escúchanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
ten misericordia de nosotros.
Responsorio
V.- Le estableció señor de su casa.
R.- Y jefe de toda su hacienda.
Oremos:
Oh Dios, que en tu inefable providencia, te dignaste elegir a San José por Esposo de tu Santísima Madre: concédenos, te rogamos, que merezcamos tener por intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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